jueves, 14 de mayo de 2015

Rabietas infantiles: cómo actuar

Todos hemos sido testigos de la rabieta de algún niño en algún momento. Es un momento muy estresante tanto para el niño como como para el adulto. ¿Qué podemos hacer en esas situaciones? Aquí van algunos consejos:

  1. Actuar como modelo para el niño. Los niños tienden a imitar nuestras emociones, por lo que si nos ven nerviosos o enfadados, ellos lo estarán más. Por el contrario si nos ven calmados es más fácil que se calmen más rápido.



  2. Hablar con ellos de manera calmada, haciéndoles ver que les entendemos y ayudándoles a poner nombre a las emociones que están sintiendo “veo que estás enfadado con tu hermano”o “no te ha gustado que quitasen tus dibujos preferidos por la televisión”.

  3. Cuando estén calmados, hablar tranquilamente con ellos de qué podrían haber hecho para arreglar la situación que ha generado su enfado. Por ejemplo, si un niño tiene una rabieta porque su hermana le ha quitado un juguete, enseñarle a que hable con su hermana y le diga que no se lo quite, o negociando para compartir el juguete que quieren los dos. De este modo le estaremos dando alternativas a la rabieta para situaciones futuras.

  4. Otras veces, sin embargo, deben aprender que no pueden conseguir todo lo que quieren, por lo que debemos razonar (siempre cuando ya se hayan calmado), hablándoles con un lenguaje que entiendan sobre el tema. Esto es muy importante para que aprendan a manejar la frustración.



  5. Eliminar todo aquello de su entorno con lo que puedan hacerse daño, de ese modo evitaremos que se enfaden más cuando le prohibamos hacer algo con lo que puedan lastimarse durante la rabieta.

  6. Algunas veces prestamos sólo atención a los niños cuando están con las rabietas, y no cuando se están portando bien. Es bueno, por ejemplo, el elogiarles cuando están jugando tranquilamente con su hermano ( cuando antes ha habido peleas) les permite saber qué están haciendo bien y que esperan papá y mamá de ellos.

  7. Debemos prestar atención a patrones comunes de las rabietas, ya que tendremos pistas de cuándo ocurren y qué podemos hacer al respecto.

     

  8. Tenemos que perderle el miedo a las rabietas. No son agradables para nadie, pero forman parte del desarrollo y aprendizaje de nuestro hijo. No podemos condicionar nuestra vida, dejar de ir a la tienda con él o evitar determinados sitios, para que no tenga ninguna.

  9. Las rabietas van desapareciendo con la edad. Sin embargo, si el niño atraviesa una situación de estrés o ansiedad es posible que éstas aumenten. Si esto se mantiene en el tiempo, sería aconsejable el acudir a un especialista para que evaluara si existe algún otro problema que no hemos detectado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario