Cuando nos
enfrentamos a un proceso de divorcio, son muchas las dudas que se nos
plantean. Cómo decírselo o cómo debemos actuar con ellos son preguntas que debemos hacernos para que este proceso les afecte lo menos posible.
Ante situaciones
como la descrita, son tres las reglas básicas que debemos seguir:
En
primer lugar, hay que tener en cuenta que los que se divorcian son
los padres, no los hijos, por lo que éstos no tienen porqué perder
la relación con ninguno de los dos progenitores.
Las
decisiones a tomar en un proceso de separación competen a los
adultos. Es necesario dejar a los niños y niñas al margen de tales
cuestiones.
Además,
debemos tener muy claro es que los hijos e hijas tienen derecho a
recibir del padre y de la madre “una imagen limpia”, y los padres
y madres, la “obligación” de proporcionársela. La razón es
sencilla: los niños y niñas no pueden tener otro padre u otra
madre, y para su desarrollo personal integral es importante que la
imagen que tienen de ambas personas, que son las más importantes en
sus vidas, sea lo más positiva posible, y nadie, ni tan siquiera el
padre o la madre, puede hablar mal, descalificar o criticar a la otra
parte delante de los hijos e hijas.
Tercera
regla de oro: los hermanos y hermanas tienen el derecho a vivir y
crecer juntos; por tanto, los padres y madres no los separarán, y
facilitarán el hecho de que convivan en la misma casa. Solamente a
partir de la adolescencia avanzada, y siempre por voluntad propia,
dejarán que los hermanos y hermanas puedan vivir separados.
Además
hay que tener en cuenta otros factores igualmente importantes:
1.
Es
fundamental que se les diga que la separación es una decisión del
padre y de la madre (aunque la decisión sea tomada por una de las
partes).
2.
Es necesario dar información
ajustada a la edad de forma conjunta cuando la decisión está tomada
y es firme.
3.
Al niño o a la niña se le informa
sólo sobre aquellos aspectos que pueda entender, utilizando para
ello un lenguaje adaptado a su capacidad y comprensión.
4.
Es necesario hablar con los hijos e
hijas tantas veces como sea necesario para que lo entiendan, resolver
dudas, miedos…
5.
Conviene decir que es una decisión
muy pensada o meditada, que pensáis que todos saldréis beneficiados
y que no tiene vuelta atrás.
6.
Comunicarle con quién vivirá,
dónde y cómo se relacionará con el padre o con la madre que se
vaya de casa (y dónde vivirá el padre o madre no custodio, cómo
mantendrán la comunicación), qué cambios
se van a producir para que, de esta forma, vaya preparándose y pueda
asumirlo con mayor facilidad.
7.
No prometáis lo que no vais a ser
capaces de cumplir.
8.
Recordad que tan importante es lo
que se dice como el cómo se dicen las cosas (y lo que os calláis
también es muy importante y necesario).
9.
LA PRESENCIA DE AMBOS PROGENITORES
ES NECESARIA PARA QUE EL NIÑO Y LA NIÑA SE SIENTAN SEGUROS.
NECESITAN DEL AFECTO DE LOS DOS .
10.
Controlar la emotividad al hablar
con los hijos e hijas, para no dejarles preocupados. Esforzarse en
comunicarlo de forma desapasionada.
11.
Evitar señalar responsables,
culpables o inocentes de la decisión de separaros.
12.
No presentéis la separación de una
forma irreal, en la que no va a haber problemas y en la que todos
vais a ser felices desde el principio.
13.
Y que al principio os costará a
todos adaptaros a la nueva situación.
14.
Transmitir las posibles ventajas de
la nueva situación.
Lo
que más puede ayudar a un niño es la ausencia de conflictos entre
los padres, estando ambos atentos a sus necesidades emocionales y
respondiendo a todas las dudas y problemas que le puedan surgir de
una manera clara y adaptada a su edad. De igual modo, intentar
también variar lo menos posible su nueva vida, de manera que siga
realizando las mismas actividades, mantenga el contacto con todos los
miembros de su familia extensa y amigos.
Otro
punto importante es evitar las conductas sobreprotectoras con ellos.
Las mismas pautas de educación que ya existían antes de la
separación y que tenían ambos progenitores deben continuar, de
manera que no se toleren ahora conductas que antes no se permitían.
En
resumen, aunque es una etapa difícil y complicada, se pueden llevar
a cabo una serie de pautas para que sea lo más llevadera posible.
Está en nuestras manos el conocerlas y aplicarlas.