lunes, 8 de septiembre de 2014

Discusiones en pareja. Cómo afrontarlas.

Una de las situaciones que más erosiona a la pareja es la de una discusión o, más bien, las discusiones constantes. Muchas veces nos perdemos en ellas, olvidándonos de la razón inicial de éstas haciéndonos daño el uno al otro.




 El ideal en pareja no es no tener diferencias de opinión, ni callarnos aquello que nos ha molestado del otro, todo lo contrario, tenemos que ser capaces de hablar de todo ello pero de una manera constructiva, sin hacer daño a la otra persona y sin que ello degenere en una gran pelea. Aquí van algunas pautas:

  • Tener claro cual es nuestro objetivo. Es decir, qué queremos conseguir. Puede ser el llegar a un acuerdo acerca de un tema en disputa, el expresar cómo nos hemos sentido ante algo que nos ha molestado del otro, el pedir que cambie algo o que, por el contrario, deje de hacerlo...etc. Una vez definido nuestro objetivo, deberemos ceñirnos a él y hacer que la conversación no se salga de ahí.

  • Si algo nos molesta es mejor decirlo lo más cercano posible en el tiempo. Si no es así, vamos acumulando rencor y “estallamos” por cosas que para nuestra pareja no tiene ninguna importancia , pero que para nosotros puede ser la gota que colme el vaso.


  • No insultar , ni aprovechar para echar en cara ni remover hechos pasados. Lo pasado, pasado está. De nada sirve sacar a colación algo que ocurrió hace tiempo. Recordemos que debemos ceñirnos a nuestro objetivo, y remover todo aquello que nos enfadó en el pasado no nos va a ayudar a ello.

  • Plantear nuestra opinión de manera tranquila y pausada. Mientras uno de los dos hable, el otro debe escuchar sin interrumpir. En cuanto uno de los dos levanta lo voz, chilla, o falta al respeto a la otra persona, pierde toda la razón que pueda tener.

  • Intentar ponerse en el lugar del otro. ¿Porqué ha actuado de esa manera? Si se ha equivocado ¿Cómo me gustaría que mi pareja me lo dijera?¿De qué manera me sentiría mejor?.
  • Si tras un rato no se llega a ninguna solución, es mejor cortar la comunicación y acordar entre los dos otro momento para hablarlo, en el que ambos os hayáis calmado y reflexionado acerca de la mejor manera de enfocar el asunto.


El lograr una buena comunicación en pareja es complicado, sobre todo si ya se han instaurado en ella dinámicas negativas que hacen que ésta sea complicada. 



Muchas veces ayuda el acudir a un profesional para que éste pueda ayudar a ambos miembros de la a comunicarse de una manera adecuada antes de que la pareja se deteriore demasiado.


martes, 2 de septiembre de 2014

Fin del verano ¿Tan horrible es?

Estamos en Septiembre, y aunque según el calendario todavía quedan algunos días de verano, para muchos es sinónimo de vuelta al trabajo, a la rutina de lo cotidiano y que tan lejos hemos dejado en las vacaciones.
Nos angustiamos pensando en una fecha del calendario, supeditando nuestra felicidad a ésta.



Sin caer en los consejos que se dan todos los años, aquí van algunas ideas para que está época no sea tan mala como nos tememos:

  • Evitar pensar de manera catastrófica; frases como “Se acabó lo bueno” “Hasta el año que viene no voy a poder volver a disfrutar” “Esto es horrible” se repiten una y otra vez en nuestras cabezas, pero, seamos realistas ¿Tan malo es? Está claro que a nadie le gusta que se acaben las vacaciones, pero también somos capaces de ser felices en invierno, y de pasar buenos momentos en cualquier época del año. Claro que vamos a volver a disfrutar, a hacer cosas divertidas, a descubrir lugares y personas nuevas.
  • Ni blanco ni negro. Ni en verano hemos estado el 100% del tiempo pasándolo siempre bien ni en invierno estamos todo el día amargados. Miremos las cosas con perspectiva y seamos sinceros con nosotr@s mism@s.
  • Seguir con actividades agradables.Todavía podemos hacer muchas de las actividades que hemos hecho durante el verano: quedar con amigos y familia pasear, ir a la piscina o a una terraza...La diversión no está supeditada a una sola época. Además, a cada época se van sumando actividades nuevas.

  • Fijarnos también en los aspectos positivos de la vuelta a nuestra rutina, como puede ser el volver a estar en nuestra casa, el volver a ver a nuestros amigos y compañeros, el saber que hay celebraciones cercanas que nos pueden gustar, ya sean fiestas, cumpleaños...etc, el empezar de uevo con las actidades que nos gustaban y que ha quedado suspendidas por el verano.

  • Éste es también un buen momento para plantearnos nuevos retos, por ejemplo, aprender a cocinar, hacer algún deporte nuevo, realizar algún voluntariado...etc.

  • Y por último, vamos a permitirnos un período de adaptación, que nos permita ir poco a poco volviendo a nuestra vida, ya que somos nosotros quienes elegimos y controlamos cómo estar.



    Y recuerda, el final de algo, por muy bueno que haya sido, no implica que lo que venga después no vaya a ser mejor.