jueves, 7 de mayo de 2015

Derechos asertivos ( tercera y última parte)

Esta es la tercera y última parte de los derechos asertivos. Ideas que hay que tener claras para mejorar nuestras relaciones sociales. Puedes ver la  primera  y segunda parte pinchando enlos enlaces.


  1. .- Hay que intentar adaptarse siempre a los demás, de lo contrario no se encuentran cuando se necesitan.

    Tiene que ver con nuestro derecho a decir “no” ante situaciones que nos parezcan injustas o cuando nos intentan convencer de algo con lo que no estamos de acuerdo. Tendemos a creer que vamos a caer mejor a la gente si nunca estamos en desacuerdo con ellos, pero es justo al revés, las personas tendemos a encontrar mucho más interesantes a aquellos con un criterio y opinión propias que a quien nos dice a todo que sí.

     
  2. No hay que ser antisocial. Si dices que prefieres estar solo, los demás pensarán que no te gustan.

    Tenemos derecho a estar solos aún cuando los demás deseen nuestra compañía. Aquí, como en todo, tenemos que quedarnos en el término medio. Ni estar todo el tiempo solo ni tampoco obligarnos a estar todo el tiempo con gente.

  1. Hay que tener siempre una buena razón para lo que se siente y se hace.


    No tenemos que estar justificándonos todo el día. Algunas veces tendremos razones de peso para hacer las cosas o para sentirnos de una manera u otra, pero otras veces no, lo haremos porque nos apetezca o nos guste más así. Es agotador estar todo el día explicando porqué haces todo, dependiendo de la aprobación del otro para sentirnos bien. Si a ti te parece que lo que has hecho está bien, adelante.


  2. Cuando alguien tiene un problema hay que ayudarle.

    A todos nos hace sentir bien el ayudar a otra persona. El problema surge cuando nos vemos obligados a ayudar siempre al otro, incluso cuando nos venga mal o no queramos. La clave está en que nos permitamos siempre el poder elegir cuando prestamos nuestra ayuda y cuando no.


  3. Hay que ser sensibles a las necesidades y los deseos de los demás, aun cuando éstos sean incapaces de demostrarlos.

    Cada uno de nosotros somos responsables de nuestro bienestar, defendiendo nuestros derechos y expresando lo que queremos y nos gusta. Sin embargo, muchas veces, nos dejamos guiar por los deseos de los otros y relegamos los nuestros para que la otra persona se sienta mejor o no se enfade, anticipándonos a lo que pueda pasar. Como en el punto anterior, no pasa nada por hacerlo cuando lo hayamos elegido, pero si siempre nos comportamos así, es cuando surgen los problemas.


  1. No está bien quitarse a la gente de encima; si alguien hace una pregunta, hay que darle siempre una respuesta.

    Tenemos todo el derecho del mundo a no contestar. Este punto, parece muy fácil sobre el papel, pero cuando nos hacen una pregunta directa nos es muy difícil el no contestarla. Tenemos que darnos cuenta de que nos pueden preguntar cualquier cosa, hay personas a las que les gusta preguntar acerca de temas muy íntimos, pero también podemos eludir esa pregunta o contestar con un “prefiero no hablar de eso”


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