Pero también es verdad que muchas veces no sabemos de donde proviene esa tristeza interior, que todo lo abarca, que nos impide disfrutar de las cosas, que nos vuelve todo cada vez más dificil.Ni tampoco sabemos porque nos cuesta concentrarnos, porqué ahora dormimos durante todo el día o apenas dormimos nada
Y es que llega un momento en que se nos hace complicado hasta el levantarnos de la cama, porque sabemos, porque sentimos que ya nada merece la pena, que no vamos a ser capaces de afrontar el nuevo día...
No, no nos dejemos engañar por nuestras mentiras. Lo que acabo de describir es lo que puede sentir una persona con depresión (no alguien que en un momento determinado está más triste, no banalicemos el término, por favor).
Es cierto que se pasa muy mal es cierto que la esperanza de estar mejor desaparece bajo el peso de la tristeza, y que apenas recordamos ya el momento en que estábamos bien y éramos capaces de reirnos de manera sincera.
Pero lo que también es cierto, y esto tenlo muy en cuenta, es que de esto se puede salir, que hay gente que lo ha hecho y que tú también lo harás.
Octavio Paz : Acabar con todo
Dame, llama invisible, espada fría,
tu persistente cólera,
para acabar con todo,
oh mundo seco,
oh mundo desangrado,
para acabar con todo.
Arde, sombrío, arde sin llamas,
apagado y ardiente,
ceniza y piedra viva,
desierto sin orillas.
Arde en el vasto cielo, laja y nube,
bajo la ciega luz que se desploma
entre estériles peñas.
Arde en la soledad que nos deshace,
tierra de piedra ardiente,
de raíces heladas y sedientas.
Arde, furor oculto,
ceniza que enloquece,
arde invisible, arde
como el mar impotente engendra nubes,
olas como el rencor y espumas pétreas.
Entre mis huesos delirantes, arde;
arde dentro del aire hueco,
horno invisible y puro;
arde como arde el tiempo,
como camina el tiempo entre la muerte,
con sus mismas pisadas y su aliento;
arde como la soledad que te devora,
arde en ti mismo, ardor sin llama,
soledad sin imagen, sed sin labios.
Para acabar con todo,
oh mundo seco,
para acabar con todo.
tu persistente cólera,
para acabar con todo,
oh mundo seco,
oh mundo desangrado,
para acabar con todo.
Arde, sombrío, arde sin llamas,
apagado y ardiente,
ceniza y piedra viva,
desierto sin orillas.
Arde en el vasto cielo, laja y nube,
bajo la ciega luz que se desploma
entre estériles peñas.
Arde en la soledad que nos deshace,
tierra de piedra ardiente,
de raíces heladas y sedientas.
Arde, furor oculto,
ceniza que enloquece,
arde invisible, arde
como el mar impotente engendra nubes,
olas como el rencor y espumas pétreas.
Entre mis huesos delirantes, arde;
arde dentro del aire hueco,
horno invisible y puro;
arde como arde el tiempo,
como camina el tiempo entre la muerte,
con sus mismas pisadas y su aliento;
arde como la soledad que te devora,
arde en ti mismo, ardor sin llama,
soledad sin imagen, sed sin labios.
Para acabar con todo,
oh mundo seco,
para acabar con todo.