lunes, 14 de diciembre de 2015

El poder de la atribución

¿A qué atribuyes tus éxitos y tus fracasos? ¿Qué factores son los responsables de que triunfes o de que no consigas lo que has pretendido? Dependiendo de a qué le demos más peso o que factores tengamos en cuenta, estaremos haciendo un tipo de atribución u otra.

Aunque existen varios tipos, principalmente podemos hacer dos tipos de atribución:

  • Atribución interna: lo que ha pasado es responsabilidad de la persona. Por ejemplo, si he suspendido un examen es porque no he estudiado, luego la causa está en mí.
  • Atribución externa: lo que ha ocurrido es responsabilidad de los otros o de factores externos. Que no tienen nada que ver con uno mismo. Así, siguiendo el ejemplo del examen, diré que he suspendido porque el examen era muy difícil o porque el profesor me tiene manía.

Como con la mayor parte de las características psicológicas, tan malo es el situarnos en un extremo como en el otro. Es decir, una persona con una visión adecuada de las cosas sabrá atribuir de la manera adecuada. Algunas veces será su responsabilidad y otras será culpa de factores que no tengan que ver con ella.

Los problemas, como he dicho anteriormente vienen cuando tendemos a hacer cierto tipo de atribuciones y dejamos las otras de lado, así:

  • Cuando atribuimos todos nuestros problemas a factores externos, dejamos de responsabilizarnos de ello, por lo que no debemos actuar, porque no es culpa nuestra.
    Por ejemplo:si no apruebo por culpa del profesor, dejare de estudiar, al igual que si cuando te chillo es por tu culpa que me haces enfadar, yo no tendré que controlarme.
    De igual modo, con elementos positivos tampoco es bueno. Si gano un concurso de dibujo será debido a la suerte, no a que dibuje bien.


  • Cuando atribuimos todo a factores internos, nos echamos la culpa de todo lo que ocurre, independientemente de que hayan podido influir otros factores o no.
    Así, por ejemplo, si mi equipo de trabajo no ha conseguido sus objetivos, será por mi culpa que he hecho mal mi parte.

En el equilibrio está la virtud. Puede parecer intrascendente pero el que tendamos hacia un sentido u otro puede influir muy negativamente en nosotros.

Así hay teorías acerca de la depresión que hablan, entre otros factores, de un déficit atribucional como desencadenante y mantenedor de ésta. Así una persona deprimida,tendrá los siguientes problemas atribucionales:

  • Interna/externa atribuirá todo lo negativo de manera interna, siendo todo culpa suya. Sin embargo las cosas buenas que le pasan siempre son externas, ya que no tienes que ver con ellas. Por ejemplo: Si saco un diez en matemáticas es porque el examen era demasiado fácil. Si suspendo es culpa mía porque soy un desastre.




  • Estable/Inestable tiene que ver con que si las cosas son siempre así o si van cambiando. Siguiendo con el mismo ejemplo,si hago una atribución estable, tenderé a pensar que siempre suspendo todos los exámenes, luego no valgo para estudiar. Si, por el contrario, mi atribución es inestable, veré que hay exámenes de matemáticas que suspendo y otros que apruebo, luego tan mal no lo haré. Una persona con depresión tiende a interpretar todos los sucesos negativos como algo estable y que no va a cambiar.

  • Global o específica se relaciona con que si lo que nos ocurre se da en todos los ámbitos ( entonces sería algo global) o si , sin embargo, sólo se da en un ámbito de nuestra vida (específico). Siguiendo con nuestro ejemplo, si interpretase el suspenso de manera global, daría por hecho que en todas las asignaturas voy a suspender, ya que no se me da bien estudiar. Sin embargo, si lo interpretase de manera específica vería que es posible que las matemáticas se me dieran mal, pero que hay otras asignaturas que domino, luego es esa área en específico la que tengo que mejorar.


En conclusión, tenemos que prestar especial atención a nuestras atribuciones, intentando encontrar ese equilibrio que nos llevará a atribuirnos sólo aquellas cosa de las que somos realmente responsables, tanto buenas como malas y a hacerlo de la manera adecuada.
Si vemos que tenemos problemas en ese ámbito y, sobre todo, si vemos que tenemos tendencia a atribuir todo de una manera interna, estable y global, quizá sea el momento de consultar a un especialista que nos ayude a cambiar.

martes, 1 de diciembre de 2015

Trastorno dismórfico corporal: cuando hay una parte de nuestro cuerpo que odiamos

Muchos de nosotros habremos fantaseado en algún momento de nuestra vida con mejorar algo de nuestra apariencia. Sin embargo hay personas que aun teniendo una apariencia totalmente normal imaginan que son tan feas que les resulta imposible interaccionar con los demás o actuar de forma normal por miedo a que la gente se ría de su fealdad. Estas personas padecen lo que se llama trastorno dismórfico corporal.


¿En qué consiste?

Es la preocupación por algún defecto imaginario en la apariencia por parte de alguien que en realidad tiene un aspecto razonablemente normal. La persona debe cumplir los siguientes criterios:

  • Preocupación por un aspecto imaginario del aspecto. Si existe una ligera anomalía física la preocupación de la persona es marcadamente exagerada. Es decir, que aunque haya un aspecto determinado de su apariencia que sea negativo, la persona reacciona de una manera desproporcionada ante él
  • Esta preocupación marca una ansiedad o un perjuicio significativo en el ámbito social, laboral y demás áreas importantes de la vida. En definitiva, que afecta a la vida cotidiana de la persona en aspectos importantes para ésta
  • La preocupación no se debe a cualquier otro trastorno mental.




¿Cómo se comporta una persona con este trastorno?

Son personas que lo pasan muy mal, avergonzadas continuamente por un aspecto de su apariencia que creen muy llamativo y negativo. Pueden estar todo el día observándose en espejos o superficies reflectantes para comprobar si ha habido algún cambio o, por el contrario evitar cualquier espejo por no soportar mirarse en él.

Otras veces pueden también intentar esconder su defecto, ya sea con gorros, barbas o maquillaje o aseo excesivo.

Tienen además lo que se denominan “ideas de referencia”, es decir piensan que todo lo sucedido en su mundo se relaciona en cierta forma con ellos, en este caso, con su defecto imaginario. Pueden llagar a pensar que los demás pueden percibir ( o están percibiendo) su supuesto defecto, e incluso burlarse y hablar de él / ella a sus espaldas.

Por otro lado, también puede dar lugar a un aislamiento social, ya que algunas personas pueden llegar a abandonar la escuela o el trabajo, evitar el ir a entrevistas laborales, e incluso, el llegar a salir sólo de noche, de manera que ese supuesto defecto no se vea. Además tenderá a evitar cualquier relación social, descuidándolas y deteriorándose éstas.

¿Cómo suelen reaccionar a las opiniones de los demás?

Por mucho que las personas de su entorno les aseguren que no ven ningún problema en su apariencia, están convencidos de que su visión es exacta y no distorsionado y que los demás, o bien le están mintiendo por no acomplejarle más o bien para burlarse de él o ella.

¿Que relación hay entre estas personas y la cirugía?

A consecuencia del defecto que creen tener, recurren mucho a odontólogos, dermatólogos y, sobre todo, cirujanos plásticos para que corrijan dichos defectos. Sin embargo, por muy bien que quede la operación no suelen quedar satisfechos, somentiéndose a gran cantidad de ellas ya sea porque nunca llegan nunca a considerar que su defecto a desaparecido o porque pasan a encontrarse otro defecto que es el que quieren operar después.

¿Hasta que punto puede llegar a afectar a la persona?

Tal y como se ha comentado anteriormente este su puede condicionar de tal modo la vida de la persona que puede llegar a asociarse con otros trastornos como depresión, anorexia o fobia social e incluso llevar a ideas de suicidio.


Conclusión
 
Con esto no quiero decir que el que nos guste o no una parte de nuestro cuerpo vaya a conducir a este trastorno, pero sí que hay que estar alertas cuanto este defecto empieza a afectar a otras áreas de nuestra vida, ya que entonces convendría acudir a un psicólogo para que nos ayude.


Si fuera un monstruo...