Existen
muchas técnicas de relajación, pero esta me gusta especialmente por
su eficacia y sencillez y porque se puede hacer en cualquier contexto
o situación si que nadie se de cuenta de ello.
Cuando
estamos más nerviosos, nuestra respiración se vuelve más rápida y
superficial. Con la respiración diafragmática conseguimos invertir
esa tendencia, haciendo que nuestras respiraciones sean más lentas y
eficaces (entra y sale mucho más aire de nuestros pulmones de una
sola vez), por lo que esa sensación de “ahogo” que podamos tener
cuando estamos muy nerviosos desaparece.
¿Cómo
la realizo?
En
primer lugar, coloca una mano en tu pecho y otra en tu tripa, tal y
como se ve en la foto.
Si
vas respirando normalmente, notarás que ambos se mueven. Lo que
tenemos que conseguir al realizar esta técnica es que el pecho se
quede lo más quieto posible y que lo que se mueva es la tripa.
Así,
es útil imaginar que tu tripa es un globo. Cuando coges aire, la tripa se
hincha hacia fuera. Cuando lo sueltas, la tripa se mete hacia dentro
( se deshincha). Usa los músculos de tu abdomen. Hincha lo más que
puedas al coger el aire (saca tripa) y métela lo más que puedas al
soltar el aire ( como cuando nos queremos poner un pantalón que no
nos abrocha).
Cuanto
más lenta sea la respiración mejor. Hay que tener en cuanta que el coger aire
debe durar un poco menos que el soltarlo. Una buena pauta puede ser
coger aire por la nariz lentamente mientras contamos mentalmente
hasta cuatro y soltarlo por la boca también lentamente mientras
contamos hasta cinco o seis. Los tiempos los va poniendo cada
persona, pero hay que tener en cuanta que cuanto más lentamente se
haga, mejor va a funcionar.
Hay
que practicarla varias veces hasta que te salga bien, siempre con las
manos en la postura indicada. Cuando se vea que ya se ha aprendido
podremos retirar las manos y hacerla donde queramos.
¿Porqué
funciona?
Obviamente,
el aire no va a la tripa, seguimos respirando con los pulmones. El
truco está en el diafragma.
El
diafragma es un músculo que está situado debajo de los pulmones. Al
sacar la tripa hacia afuera cuando cogemos aire (inhalamos), el
diafragma baja, dejando más espacio para que los pulmones se hinchen
y llenen de aire. Al meter la tripa hacia adentro al soltar el aire
(exhalar), el diafragma sube y oprime los pulmones, haciendo que
salga más cantidad.
De
este modo conseguimos de una sola respiración la cantidad de oxígeno
que en cuatro o cinco más superficiales.
Cosas
a tener en cuenta
Cualquier
técnica de relajación hay que practicarla antes de usarla, de
manera que la automaticemos y nos sea útil cuando estemos nerviosos.
Es decir, la practicamos cuando estamos tranquilos para usarla cuando
nos sea necesario.
Por
otro lado, esta técnica funciona en momentos puntuales de
nerviosismo. Si vemos que éste continúa en el tiempo y no nos vemos
capaces de hacerle frente, quizá habrá llegado el momento de acudir
a un especialista que nos dé pautas más específicas de cara a
controlarlo.