Se considera una
depresión posparto a aquella depresión que se manifiesta después
de haber tenido un hijo, principalmente durante los tres primeros
meses.
Se presenta en un
10, 15% de las mujeres que dan a luz, puede que incluso más, pero
son muchas las que ocultan su malestar y no buscan ayuda, por lo que
su prevalencia puede ser mayor
No hay una única
causa, pero si que hay factores que pueden influir en su génesis y
desarrollo
- Cambios biológicos: después del parto, caen bruscamente niveles de hormonas tales como la progesterona y los estrógenos. Aunque no es la única causa, si que puede ser uno de los factores que influyan.
- Cambios físicos: muchas veces los partos son complicados, o se han llevado a cabo cesáreas que afectan estado de la madre. Por otro lado, también puede influir el cansancio acumulado, si el bebé no permite que la madre duerma bien. A esto se pueden sumar sentimientos de inseguridad respecto al propio cuerpo después de dar a luz.
- Cambios emocionales: hay madres que manifiestan que sintieron una “oleada de amor” la primera vez que vieron a su bebé, pero hay otras que se sienten cansadas y un poco distantes, pero que poco a poco, le van tomando cariño. Ambas maneras de reaccionar son normales, y no debemos sentirnos culpables por no haber estado a la altura de nuestras expectativas. Cada una reaccionamos a nuestra manera, y precisamente por ser nuestra manera, es la correcta.
- Cambios sociales: la llegada de un bebé a la pareja hace que se planteen importantes cambios en ésta. Ya no hay tanto tiempo para pasarlo juntos, y se suman nuevas cargas y responsabilidades a afrontar. Por otro lado, ya no hay tanto tiempo para realizar actividades de ocio o para poder quedar con amigos.Además, hay que tener en cuenta que el criar un hijo es un aprendizaje, y que como tal habrá cosas que desconozcamos o que no manejemos bien del todo y con las que tengamos pedir ayuda.
Los síntomas
asociados son:
- Tristeza, desánimo durante gran parte o todo el tiempo.
- Irritabilidad, con otros niños o incluso con tu bebé. También esta irritabilidad puede ir contra tu pareja, quien, en la mayor parte de los casos, no entenderá qué está pasando.
- Cansancio.
- Insomnio.
- Pérdida de apetito.
- Incapacidad de disfrutar con nada.
- Pérdida del deseo sexual
- Percepción de que es incapaz de afrontar la maternidad
- Sentimientos de culpabilidad, inutilidad.
- Ansiedad, preocupación.
Muchas mujeres se
sienten culpables, ya que su estado de ánimo choca contra la
creencia generalizada de que en esos momentos es imposible estar mal.
Hay que tener en cuenta que es una reacción de nuestro cuerpo ante
una situación determinada, y no debemos sentirnos mal por ella.
Ninguna madre
quiere sentirse así, nadie lo hemos buscado, por lo que hay que
desechar toda esa culpa que nos ahoga. De aquí se puede salir. Como
cualquier otra depresión se puede tratar y hacer que desaparezca,
pero para eso hay que pedir ayuda y consultar a un buen profesional.