jueves, 15 de diciembre de 2011

Me dicen que estoy loco, pero a mi me duele...

¡Por supuesto que sientes dolor!.El problema es que la gente ya no te toma en serio, te dicen que te lo estás inventado, que estás loco o incluso se ríen de ti, cuando lo que te pasa es una preocupación real de si estás o no realmente enferm@.


Y entonces llega la etiqueta, te tachan de hipocondríaco, de loco. Y te dicen que vayas a un psicólogo.(en el mejor de los casos, hay veces que incluso te pueden llegar a echar de la consulta del médico, o de las urgencias con muy malas caras)

¿Y realmente me puede ayudar? te preguntarás. A mí lo que me preocupan son cosas reales, no son imagiones mías.

Pues si, un psicologo te puede ayudar de varias maneras: en primer lugar te explicará la relación entre le nivel de ansiedad ante el miedo a la enfermedad y la percepción de dolor, ya que èsta aumenta conforme aumenta la ansiedad. En segundo lugar te enseñará a controlar esa ansiedad, de manera que seas capaz de controlarla a ella y no sea ella la que te controle a ti. Y en tercer lugar, consensuaremos estrategias de autocuidado de manera que se puedan prevenir todas las dolencias que te preocupan pero de una manera razonable, sin provocar rechazo en los demás y quedándonos tranquilos.

¿Lo ves muy difícil? Es un camino largo, pero te puedo asegurar dos cosas, que no vas estar solo y que con paciencia y esfuerzo se puede conseguir.

De ti depende ¿Que pierdes por probar?

miércoles, 2 de noviembre de 2011

Ataque de ansiedad ¿Qué hacer?

Ataque de ansiedad, ataque de pánico...son muchas las maneras de nombrar una de las experiencias más desagradables que pueden  ocurrir en la vida de una persona.

Son muchos los síntomas que se dan: taquicardias, sudores fríos, respiración agitada, el estómago encogido, dolor en el pecho, mareos, sensación de irrealidad, e  incluso la sensación de estar volviéndose loco. Hay quien incluso confunde un primer ataque con un ataque al corazón, y se queda muy sorprendido cuando le dicen que es “sólo” ansiedad. ¿Cómo que sólo ansiedad? Yo sé que he tenido esos síntomas y  lo he pasado realmente mal.




Y muchas veces los consejos o soluciones que se dan no nos ayudan en absoluto. “Tomate la vida con más calma”  “Relájate” (si, pero ¿cómo se hace eso?). Parece muy fácil decirlo, pero no tanto el hacerlo.

Otras veces lo que hacemos es intentar evitar las situaciones que nos ponen más nerviosas, en un vano intento por evitar el temido ataque. Sin embargo con esta actitud, tenemos dos consecuencias; por un lado, dejamos de hacer muchas cosas que antes nos gustaban, mientras que por el otro, vemos que cada vez estos ataques se van extendiendo  más áreas de nuestra vida. ¿Qué hacer? ¿Evitar cada vez más y más cosas? Obviamente ese no es el camino, ya que no solucionamos el problema, sino que simplemente lo evitamos.

 ¿Qué hacer entonces?
Existe una solución, que pasa en primer lugar en entender porqué nos pasa esto, y luego que hacer para enfrentarnos a ello.  Un psicólogo nos puede ayudar a entender lo que realmente nos pasa y a darnos herramientas para enfrentarnos a ello,¿Por qué no probar?

martes, 1 de noviembre de 2011

Disfunciones sexuales

Es este un problema que nos avergüenza, que nos hace querer escondernos, desaparecer. porque aparte de afectarnos a nosotros, a la idea que tenemos de nosotros mismos, a nuestra imagen como alguien deseable y a quién poder querer, afecta de una manera importante a quien queremos, a nuestra pareja, a la persona con la que compartimos nuestro lado más íntimo, nuestra sexualidad.

Y es que es un tema tabú, del que no queremos hablar, aunque nos obsesione, aunque no podamos dejar de preocuparnos. Porque podemos llegar a pensar que el que un hombre no consiga que su pene se mantenga erecto o no consiga mantener la erección el tiempo deseado, no es un hombre completo. Y eso no es verdad. Todo esto tiene tratamiento. Y se consigue superar.

Y una mujer que tenga dolor durante la penetración, o que simplemente no consiga que ésta se produzca, no es una persona que no quiere mantener relaciones, es que tiene un problema que se puede tratar.

He comentado algunas de las más frecuentes, pero hay muchas más que me dejo en el tintero. Son problemas relativamente fáciles de tratar, pero que se enfrentan a un problema mayor añadido, y es la vergüenza, primero a reconocerlo (con todas las implicaciones que esto supone) y luego el acudir a un profesional, a decirle a alguien una de las partes más íntimas de nuestra persona, de nuestra vida.


El primer paso es darse cuenta de que todos estos problemas tienen solución. Lo segundo es atreverse a intentarlo ¿Que se puede perder?




miércoles, 26 de octubre de 2011

Tengo fibromialgia o cólon irritable ¿Y ahora qué?

Estas dos son dolencias totalmente distintas pero con un punto muy importante en común, y es que no tienen un tratamiento que las consiga curar del todo, sino que lo único que se puede hacer es paliar los síntomas, muchas veces de una manera no tan eficaz como nos gustaría.

Hablemos en primer lugar de la fibromialgia.

La fibromialgia es un síndrome reumatológico en el que aparece dolor crónico generalizado de tipo musculoesquelético, y que la mayor parte del tiempo no se llega a controlar del todo, por lo que las personas que lo padecen se ven obligadas a convivir con el dolor diariamente. Se da además el caso de que es una enfermedad poco conocida ya que hasta hace poco incluso no se consideraba una enfremedad como tal, achacando todos los dolores a imaginaciones de la persona.
Con todo esto, es normal que a una persona con dicha enfermedad se le hable de ir a un psicólogo y lo primero que le pase por la cabeza es que los demás piensan que está loco y que se inventa lo que le está pasando.
Nada más lejos de la realidad. Partiendo de la base de que el dolor es real, se pueden trabajar con la persona varios aspectos que mejoren su calidad de vida; así, en primer lugar, se pueden tratar las consecuencias emocionales de tener una enfermedad considerada como crónica, que merma la cantidad de cosas que se pueden hacer y que afecta por tanto a la calidad de vida de la persona. En segundo lugar, se puden tratar lo que se llaman estrategias de enfrentamiemto al dolor, que permitan hacer que éste sea más soportable.
En resumen, si no se puede curar del todo, por lo menos hagamos que ésta sea más soportable. Merece la pena intentarlo ¿no?


El cólon irritable y el resto de enfermedades inflamatorias intestinales

El término de enfermedad inflamatoria intestinal (EII) se usa para referirse a un grupo de enfermedades del aparato digestivo, de evolución crónica y recurrente, que se caracterizan por la presencia de una inflamación en las paredes del tracto. Dicha inflamación genera ampollas, que pueden llegar a romperse y convertirse en úlceras.
Dejando de lado que son enfrermedades con un tratamiento médico establecido que no se debe abandonar, si que es verad que un tratamiento psicológico puede ayudar a mejorar la calidad de vida de la persona. Por un lado, tratando los problemas emocionales que conlleva el tener una enfremedad de éstas carácterísticas, con consecuencias muy desagradables. por el otro enseñando a controlar la ansiedad, ya que ésta hace que los síntomas aumenten y empeoren.
Es mucho lo que se puede ganar con el tratamiento psicológico adecuado. ¿Por qué no intentarlo?

lunes, 3 de octubre de 2011

¿Soy un "bicho raro"?

No se si alguna vez te habrá ocurrido, si ese pensamiento ha pasado por tu cabeza de una manera fugaz, quizá o como tema central de tus preocupaciones. Puede que pienses que no vales para relacionarte con la gente que el miedo al "que dirán" te paralice antes de actuar, que haga que no salgan las palabras de tu boca, que tartamudees, que te ruborices, que empieces a sudar, que desees irte de allí.
Y seguro que te encantaría ser de otra manera, poder actuar de manera espontánea y caerle bien a todo el mundo. Estoy convencida de que piensas que nunca vas a tener nada interesante que decir, que siempre los otros van a tener cosas mejores que decir o hacer.


Y que creas que esto va a ser así para siempre, que nunca te vas a relacionar con la gente y que estas condenado a estar solo.

No nacemos para estar solos, esto se pueed cambiar. Podemos aprender a relacionarnos, a establecer relaciones sociales, a hablar en público, a enfrentarnos a nuestros miedos.

Sólo queda dar el paso. Y convencernos a nosotros mismos de que es posible.

lunes, 23 de mayo de 2011

¿Por qué estoy triste?

Hay muchas respuestas para una misma pregunta, y ésta es una de aquellas preguntas para las que cada uno de nosotros tenemos una respuesta diferente, porque cada uno de nosotros somos diferentes.
Pero también es verdad que muchas veces no sabemos de donde proviene esa tristeza interior, que todo lo abarca, que nos impide disfrutar de las cosas, que nos vuelve todo cada vez más dificil.Ni tampoco sabemos porque nos cuesta concentrarnos, porqué ahora dormimos durante todo el día o apenas dormimos nada
Y es que llega un momento en que se nos hace complicado hasta el levantarnos de la cama, porque sabemos, porque sentimos que ya nada merece la pena, que no vamos a ser capaces de afrontar el nuevo día...
No, no nos dejemos engañar por nuestras mentiras. Lo que acabo de describir es lo que puede sentir una persona con depresión (no alguien que en un momento determinado está más triste, no banalicemos el término, por favor).
Es cierto que se pasa muy mal es cierto que la esperanza de estar mejor desaparece bajo el peso de la tristeza, y que apenas recordamos ya el momento en que estábamos bien y éramos capaces de reirnos de manera sincera.
Pero lo que también es cierto, y esto tenlo muy en cuenta, es que de esto se puede salir, que hay gente que lo ha hecho y que tú también lo harás.



Octavio Paz : Acabar con todo

Dame, llama invisible, espada fría,
tu persistente cólera,
para acabar con todo,
oh mundo seco,
oh mundo desangrado,
para acabar con todo.

Arde, sombrío, arde sin llamas,
apagado y ardiente,
ceniza y piedra viva,
desierto sin orillas.

Arde en el vasto cielo, laja y nube,
bajo la ciega luz que se desploma
entre estériles peñas.

Arde en la soledad que nos deshace,
tierra de piedra ardiente,
de raíces heladas y sedientas.

Arde, furor oculto,
ceniza que enloquece,
arde invisible, arde
como el mar impotente engendra nubes,
olas como el rencor y espumas pétreas.
Entre mis huesos delirantes, arde;
arde dentro del aire hueco,
horno invisible y puro;
arde como arde el tiempo,
como camina el tiempo entre la muerte,
con sus mismas pisadas y su aliento;
arde como la soledad que te devora,
arde en ti mismo, ardor sin llama,
soledad sin imagen, sed sin labios.
Para acabar con todo,
oh mundo seco,
para acabar con todo.

jueves, 19 de mayo de 2011

¿Me preocupo demasiado?

¿Cuantas veces nos han dicho que nos preocupamos demasiado?
¿Y cuantas veces nos hemos sorprendido pensado una y otra vez en aquello que nos preocupa, no dejándonos dormir, no dejándonos descansar, no dejándonos disfrutar de las cosas?
Las personas tenemos la capacidad de poder enfrentarnos a los posibles problemas, generando múltiples soluciones, enfocando todo desde diferentes ángulos, desde diferentes perspectivas. Pero esta ventaja es también una trampa, porque hay veces que no hay una solución buena, porque hay veces en que no podemos hacer nada contra lo malo, contra lo que se nos avecina; e incluso, aunque hayamos visto la solución nos seguimos preocupando, dándole vueltas atentos a posibles problemas que puedan surgir.
Y es entonces cuando nos obsesionamos. Hay que tener en cuenta que la palabra preocuparse sisgnifica precisamente eso; ocuparse de algo antes de que ocurra. Cuando ya hemos encontrado la solución o cuando nos damos cuenta de que no hay una buena ¿Que sentido tiene el seguir preocupándonos?

Claro, es muy fácil decirlo, pero el dejar de pensar es muy dificil. Sí, es dificil pero no emposible. Esta es una de las cosas en las que la psicología puede ayudarte.La decisión es tuya.
He visto este vídeo que habla precisamente de las preocupaciones, y de aquello a lo que se le da importancia. Hay cosas que podemos evitar (dándonos crema para el sol evitamos las quemaduras y el cáncer de piel)pero hay otras que no. Aprendamos a vivir con ello.