Muchas veces las personas
con las que trato me piden que les recomiende algún libro de
autoayuda que sea eficaz y que funcione. Y mi respuesta es siempre la
misma, depende del libro y depende de la persona.
Obviamente, hay libros
muy buenos, que te pueden hacer reflexionar acerca de aspectos que no
te habías planteado y libros no tan buenos, que apenas nos sirvan
para nada.
No cabe duda de que
muchos libros nos hacen pensar y descubrir aspectos a los que no nos
hemos acercado nunca, o a los que apenas hemos prestado atención.
También nos pueden servir como modelos a la hora de cambiar, si nos
identificamos con lo que allí se cuenta.
Sin embargo hay que tener
en cuenta que lo que siempre se cuenta en un libro son “recetas”
cerradas. No se puede interaccionar con ellos, no se les puede
preguntar. Así habrá aspectos del libro que te sirvan, otros que
no, así como también habrá libros que te sean útiles y otros que
no lo sean. Incluso dependiendo de tu momento vital, puede que unos
consejos te puedan ser útiles en un momento dado pero no en otro.
Por otro lado, tenemos
que tener en cuanta a la persona. Hay quien es capaz de entender
mejor las explicaciones del libro y hay quien no, quien está
dispuesto a dejarse aconsejar y guiar y quien se acerca al libro con
recelo, con la idea perenne “yo no creo en estas cosas” ( como si
de una religión se tratase). Incluso aunque estés leyéndolo con
toda tu atención, hay personas que no son capaces de empatizar con
lo narrado o de aplicar lo leído a su propia vida.
Por eso, estos manuales
hay que tomarlos como lo que son, guía de ayuda estandarizados y que
no tienen porqué adaptarse perfectamente a cada uno de nosotros (
igual que no todos tenemos la misma talla de pie o de ropa). No
existe un receta única para estar bien. Ojalá, pero las personas
somos mucho más complicadas que todo eso.
Nunca esperamos
convertirnos en grandes chefs con un libro de cocina, o en grandes
guitarristas aprendiendo a tocar unas pocas canciones. Sin embargo,
pretendemos que al leernos un manual de autoayuda, nuestra vida
cambie radicalmente. Y eso, por lo general, no ocurre.
De modo que no dejemos de
lado a la psicología porque un manual no haya funcionado y confiemos
en los profesionales.
Un buen psicólogo evalúa
como estás realmente, se va adaptando a cada persona y situación de
ésta, aplicando las técnicas y procesos adecuados para el cambio,
acompañando y apoyando a la persona. Se adapta a cada uno, a su
ritmo de aprendizaje, a lo que está dispuesto a afrontar o no y en
qué momento. Resuelve tus dudas y te ayuda a ver que aspectos
personales están haciéndote daño y cómo los podemos cambiar.
Es un camino que hay que
recorrer para poder estar bien. Y si hay una persona que nos pueda
ayudar a hacer nuevos mapas para nuestra vida, encontraremos la meta
perfecta para cada uno, no la que pueda poner en un libro u otro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario