martes, 1 de diciembre de 2015

Trastorno dismórfico corporal: cuando hay una parte de nuestro cuerpo que odiamos

Muchos de nosotros habremos fantaseado en algún momento de nuestra vida con mejorar algo de nuestra apariencia. Sin embargo hay personas que aun teniendo una apariencia totalmente normal imaginan que son tan feas que les resulta imposible interaccionar con los demás o actuar de forma normal por miedo a que la gente se ría de su fealdad. Estas personas padecen lo que se llama trastorno dismórfico corporal.


¿En qué consiste?

Es la preocupación por algún defecto imaginario en la apariencia por parte de alguien que en realidad tiene un aspecto razonablemente normal. La persona debe cumplir los siguientes criterios:

  • Preocupación por un aspecto imaginario del aspecto. Si existe una ligera anomalía física la preocupación de la persona es marcadamente exagerada. Es decir, que aunque haya un aspecto determinado de su apariencia que sea negativo, la persona reacciona de una manera desproporcionada ante él
  • Esta preocupación marca una ansiedad o un perjuicio significativo en el ámbito social, laboral y demás áreas importantes de la vida. En definitiva, que afecta a la vida cotidiana de la persona en aspectos importantes para ésta
  • La preocupación no se debe a cualquier otro trastorno mental.




¿Cómo se comporta una persona con este trastorno?

Son personas que lo pasan muy mal, avergonzadas continuamente por un aspecto de su apariencia que creen muy llamativo y negativo. Pueden estar todo el día observándose en espejos o superficies reflectantes para comprobar si ha habido algún cambio o, por el contrario evitar cualquier espejo por no soportar mirarse en él.

Otras veces pueden también intentar esconder su defecto, ya sea con gorros, barbas o maquillaje o aseo excesivo.

Tienen además lo que se denominan “ideas de referencia”, es decir piensan que todo lo sucedido en su mundo se relaciona en cierta forma con ellos, en este caso, con su defecto imaginario. Pueden llagar a pensar que los demás pueden percibir ( o están percibiendo) su supuesto defecto, e incluso burlarse y hablar de él / ella a sus espaldas.

Por otro lado, también puede dar lugar a un aislamiento social, ya que algunas personas pueden llegar a abandonar la escuela o el trabajo, evitar el ir a entrevistas laborales, e incluso, el llegar a salir sólo de noche, de manera que ese supuesto defecto no se vea. Además tenderá a evitar cualquier relación social, descuidándolas y deteriorándose éstas.

¿Cómo suelen reaccionar a las opiniones de los demás?

Por mucho que las personas de su entorno les aseguren que no ven ningún problema en su apariencia, están convencidos de que su visión es exacta y no distorsionado y que los demás, o bien le están mintiendo por no acomplejarle más o bien para burlarse de él o ella.

¿Que relación hay entre estas personas y la cirugía?

A consecuencia del defecto que creen tener, recurren mucho a odontólogos, dermatólogos y, sobre todo, cirujanos plásticos para que corrijan dichos defectos. Sin embargo, por muy bien que quede la operación no suelen quedar satisfechos, somentiéndose a gran cantidad de ellas ya sea porque nunca llegan nunca a considerar que su defecto a desaparecido o porque pasan a encontrarse otro defecto que es el que quieren operar después.

¿Hasta que punto puede llegar a afectar a la persona?

Tal y como se ha comentado anteriormente este su puede condicionar de tal modo la vida de la persona que puede llegar a asociarse con otros trastornos como depresión, anorexia o fobia social e incluso llevar a ideas de suicidio.


Conclusión
 
Con esto no quiero decir que el que nos guste o no una parte de nuestro cuerpo vaya a conducir a este trastorno, pero sí que hay que estar alertas cuanto este defecto empieza a afectar a otras áreas de nuestra vida, ya que entonces convendría acudir a un psicólogo para que nos ayude.


Si fuera un monstruo...





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