lunes, 2 de noviembre de 2015

Culpabilidad. Aprende a librarte de ella

¿Qué es la culpa? Es la consecuencia de una falta que hemos cometido o de un perjuicio que hemos ocasionado a alguien.
Una sensación asfixiante que acaba por estropearnos los buenos momentos de la vida, una sorda impresión de haber hecho algo mal, de haber causado un daño.
Estos sentimientos pueden adueñarse de nuestra existencia y arruinar nuestro bienestar.¿Qué hacer con ella?


Antes de nada, debemos diferenciar entre dos tipos de culpabilidad:
  • Culpabilidad sana: sentimientos que aparecen como consecuencia de una falta manifiesta o de un perjuicio real que le hemos causado a alguien. Esta culpabilidad es como un policía interior cuyo fin es:
    • Incitarnos a respetar las reglas en vigor, a no perjudicar a los demás
    • Castigarnos cuando infringimos esa reglas...con los malos momentos que pasamos culpabilizándonos.

  • Culpabilidad mórbida: es aquella que aparece sin necesidad de una falta objetiva. Por ejemplo: sentirse culpable por ser más brillante que el resto de tus hermanos/as o sentirse culpable por llevar a un hijo a la guardería para retomar una actividad profesional.


Es este tipo de culpabilidad, la mórbida, la que tenemos que aprender a controlar. Aquí van algunas pautas:
  • Aprende a identificar a los culpabilizadores y a huir de ellos, es decir, de personas con una habilidad especial para hacernos sentir culpables. Los rasgos de una persona culpabilizadora son:

      • Se está quejando casi siempre.
      • Suele ser buen conversador y encantador.
      • En general, suele ser apreciado.
      • Nunca tiene la culpa si las cosas se tuercen.
      • Te hace creer que es culpa tuya si las cosas no van bien.
      • Te hace creer que su felicidad está en tus manos.
      • No te acusa directamente, sino de forma retorcida y sutil.
      • Te sientes culpable en su presencia.
      • Tienes la impresión de hacer las cosas mal.
      • Intentas cambiar para darle satisfacción
      • Te culpabilizas.

  • Este tipo de culpabilidad aparece cuando creemos que los demás se van a sentir heridos. Así, siguiendo los ejemplos anteriores mis hermanos se sentirán heridos si saco mejores notas que ellos o mi hijo se habrá sentido herido por llevarlo a la guardería. Sin embargo, tenemos que darnos cuentas que no somos los responsables de la felicidad de los demás, sino tan sólo de la nuestra. Así no es la situación o las acciones de los demás lo que me hace feliz o triste, sino el cómo es la persona y lo que pienso de dichas situaciones.

  • Hay que tener cuidado con la victimización. Hay personas a las que les gusta hacerse la víctima y hacernos responsables del peso de sus decisiones culpabilizándonos.


    Por ejemplo, imaginemos que una madre anciana le pide a su hijo que la lleve a ver a una amiga, pues no tiene otro medio de transporte. Sin embargo, el hijo tiene otros planes y le dice que no. Su madre le dice entonces “Podías hacerme es pequeño favor. Sabes que no tengo coche. Ya no salgo casi nada, no me gustaría tener que renunciar también a esto. Piensa en todas las veces que me he sacrificado por ti cuando eras pequeño...” el hijo se siente culpable y cede a regañadientes.
    Aquí el hijo se siente culpable de la tristeza de la madre si no va a ir a ver a su amiga. Sin embargo, es la madre la que decide que no irá ni de otra forma ( pedírselo a otra persona, taxi, transporte público) ni en otro momento. Además, decide renunciar a esta visitas si su hijo no la lleva, mostrando abiertamente su desamparo y tristeza si la visita no puede realizarse.Se ha convertido en una víctima de la decisión de su hijo, aun cuando esto no es así.
    Aquí podría haber muchas soluciones, pero al haber elegido la madre justo la única que no es viable es ella la que, con sus propias decisiones, ha decidido quedarse sin visitar a su amiga y sentirse infeliz.


  • Permitirnos el poder sentirnos bien aun cuando hay personas que no lo hacen, por ejemplo, cuando tenemos trabajo y alguien de nuestro alrededor está en el paro. Claro que queremos que esa persona esté bien y tenga trabajo pero no por ello no vamos a poder disfrutar del nuestro.


  • Darnos cuenta de que no somos omnipotentes, es decir, no podemos ser responsables de todo. Se habla de omnipotencia ilusoria cuando nos culpabilizamos por cosas sobre las que no tenemos poder. Por ejemplo, responsabilizarnos del alcoholismo de nuestra pareja o de las malas notas de nuestro hermano en clase.


En definitiva, depende de nosotros el sentirnos o no culpables, teniendo una cosa muy clara, somos los últimos responsables de nuestra felicidad.

5 comentarios:

  1. Me encantaría poder cambiarme mis pensamientos me tienes hundida , aunque hago lo q puedo X luchar contra ellos , pero es una lucha muy cansada

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    1. Es muy difícil cambiar sola los pensamientos. Es una lucha dura pero luego tiene su recompensa. Muchas veces es necesario el poder contar con ayuda de un especialista que nos guíe y acompañe.
      Mucho ánimo

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  2. Llevo con sicoligia y siquiatra ya años y no me encuentran ellos el porque el motivo de mi ansiedad , medicamentos para tratar me lo ,aunque yo estoy en contra ya q los medicamentos suelen ser aditivos. Me gustaría ir a terapias de grupo ya q hice una y me resulta más eficaz , que las consultas

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    1. Hola.Siento que estés asi. Muchas veces es difícil el encontrar a un profesional con el que conectes y puedas avanzar. Si ves que lo que te funcionó es la terapia de grupo te animaría a volver a intentarlo. A cada persona le van bien unas técnicas u otras y, por lo que parece la más efctiva en tu caso parece ser la grupal. Mucho ánimo

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