Es este un problema que nos avergüenza, que nos hace querer escondernos, desaparecer. porque aparte de afectarnos a nosotros, a la idea que tenemos de nosotros mismos, a nuestra imagen como alguien deseable y a quién poder querer, afecta de una manera importante a quien queremos, a nuestra pareja, a la persona con la que compartimos nuestro lado más íntimo, nuestra sexualidad.
Y es que es un tema tabú, del que no queremos hablar, aunque nos obsesione, aunque no podamos dejar de preocuparnos. Porque podemos llegar a pensar que el que un hombre no consiga que su pene se mantenga erecto o no consiga mantener la erección el tiempo deseado, no es un hombre completo. Y eso no es verdad. Todo esto tiene tratamiento. Y se consigue superar.
Y una mujer que tenga dolor durante la penetración, o que simplemente no consiga que ésta se produzca, no es una persona que no quiere mantener relaciones, es que tiene un problema que se puede tratar.
He comentado algunas de las más frecuentes, pero hay muchas más que me dejo en el tintero. Son problemas relativamente fáciles de tratar, pero que se enfrentan a un problema mayor añadido, y es la vergüenza, primero a reconocerlo (con todas las implicaciones que esto supone) y luego el acudir a un profesional, a decirle a alguien una de las partes más íntimas de nuestra persona, de nuestra vida.
El primer paso es darse cuenta de que todos estos problemas tienen solución. Lo segundo es atreverse a intentarlo ¿Que se puede perder?
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