Y las preguntas suelen ser siempre las mismas: ¿Le castigo o no? ¿Qué hago ahora, que parece que el castigo no funciona?, parece que le da igual lo que le diga, al final siempre acaba saliéndose con la suya...
Esto no signfica que seamos malos padres, al contrario, si nos preocupa es que nuestros intereses y preocupaciones se centran en educar bien a nuestros hij@s, pero no disponemos de herramientas para saber cómo actuar.
En resumen; nadie nacemos sabiendo de todo, ni los padres para establecer pautas de conducta adecuadas, ni los hijos para saber cómo deben comportarse
¿Porqué no aprenderlo juntos?
En el siguiente vídeo se ve como se ha refrozado en el niño la atención del adulto cada vez que llora, y las consecuencias de si esta atención no se da. Hay mucho que aprender...
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